LEYENDAS

"LA GRINGA DE MOCOLLOPE"



Mocollope es una pequeña localidad que queda en la provincia de Ascope, en La Libertad. 

En esta localidad es famosa la leyenda acerca de la gringa de mocollope, que supuesta mente es un fantasma que a veces se aparece en la carretera camino a esta localidad. Hay muchas personas que dicen haberla visto... a continuación contare una historia que le sucedió al tío de un amigo, un camionero.


Este señor cuenta que cuando trabajaba, una noche tuvo que manejar hasta Mocollope desde Casa Grande(distrito famoso por su empresa azucarera), el viaje era de al menos una media hora... resulta que estaba en camino a mocollope y ve a una chica solitaria haciéndole señas para que la recoja. Según el cuenta, esta chica tenia el cabello castaño, ojos claros, era muy blanca y estaba vestida normalmente con vestido nada fuera de lo común y una casaca que sostenía en un brazo. El señor hace parar el camión y la recoje, dice que conversaron muy amenamente, le pregunto su edad su nombre a que se dedicaba, etc... En definitiva una conversación común, según el señor esta chica era hermosa y quería conocerla mas, en pocas palabras quería sacar plan


Resulta que en medio de la conversación, la chica le dice al señor que la deje justo en donde estaban, el señor se sorprendió, porque era un lugar en donde ni siquiera habían casas... y le dice: estas segura que quieres que te deje aquí? no quieres que te acompañe o algo? ante esto la chica le dice que no se preocupe. El señor frena el camión y la chica baja y la deja ahí donde le dijo. Bueno resulta que ni bien pone en marcha nuevamente el camión, descubre que la chica se había olvidado su casaca... y decide frenar de nuevo el camión y baja a entregarle su casaca, para esto la chica ya había desaparecido, camina un poco hacia donde pensó él que la chica había ido, llamándola por su nombre... en eso se topa con una tumba y en la lapida decía el nombre de la chica. Según me dijo el señor en ese instante tiro la casaca y se fue corriendo al camión y se regreso para Casa Grande, les contó a todos sus amigos y estos le dijeron: has visto a la gringa de Mocollope...


Se dice que si la recoges ella siempre dejara algo a propósito contigo, si lo conservas mueres , otros dicen que seduce al conductor del vehículo que la recoja y luego se transforma en un cuerpo muerto calavernario... y que esto causa que el conductor se asuste y pierda el control del vehículo en ese instante y se estrelle contra algún ficus, que hay varios en esa zona. Ha habido varios accidentes por esa zona...


Muchas personas dicen haberla visto en la carretera... y al tener conocimiento de la leyenda se asustan y pasan de frente... 


Bueno espero que les haya gustado la historia... y aprovecho para que si alguien tiene alguna leyenda de este tipo de su localidad o cerca a ella que la cuente  saludos a todos!



"LA LLORONA"

Un  trabajador de la cooperativa Casa Grande llamado Francisco Rodríguez llegaba de su trabajo a su domicilio aproximadamente  a las cuatro de la mañana.En el trayecto escuchó el llanto de una persona y se quedó asombrado al ver aparecer a una mujer vestida en traje blanco.

El señor se iba acercando inocentemente con la finalidad de preguntarle si tenía algun problemita y de pronto se dió cuenta de que la mujer caminaba en el aire,el hombre se quedó mudo no sabía qué hacer, iba retrocediendo pero la mujer se iba acercando más y más,felizmente en esos momentos cantó un gallo y la mujer desapareció.

El hombre llegó a su casa pálido, no podía creer lo que acababa de ver y dicen que el espíritu de dicha novia aún existe.


Según cuentan  sucedió años atrás .Una jovencita estaba muy enamorada de un joven apuesto y muy agraciado,se enamoraron, pero sucedió que el joven llegó a enamorarse de otra muchacha y el mismo día en que  había  fijado la fecha para casarse la dejó plantada en la puerta de la iglesia: la novia decepcionada  y desesperada, llegó a suicidarse, ingiriendo folidol .Desde ese entonces su alma vaga y pena por la cooperativa  de Casa Grande.










"La Casona Maldita"





Dos albañiles que estaban reforzando las columnas de la vieja casona conocida como “El palomar”. Una vieja construcción que pertenecía a los antiguos dueños de Casa Grande (Los Gildemeister). Encontraron algo maldito y peligroso, cuando escavaron bajo los viejos cimientos de esta antigua casona. Nunca se debe tocar cosas de la tierra, cuando sea oro o plata, y más aún cuando lleva mucho tiempo enterrada.

Pues como debe de ser muchas veces las personas somos muy descuidadas con los objetos que pertenecen a otros tiempos y que guardan maleficios u otros secretos.  Estos señores, al ver tremendo hallazgo no dudaron en quedarse con la valiosa fortuna. Ya que precisamente costaba de dos barras de oro sólido. Pasó mucho tiempo desde aquel día del hallazgo de los albañiles, y se dice que los bandidos nunca más se los vio por este lugar. Pero algo siniestro vendría a reclamar lo que es suyo, mucho tiempo después.

Una noche del mes de agosto de 1991 un día oscuro sombrío y silencioso. Algo sucedía en esa misma casona donde los sujetos, anteriormente mencionados, encontraron las barras de oro. Una niña de doce años expresaba síntomas de estar poseída por el diablo. Cuando la sombra de la noche extendía su manto negro empezaba a tener un comportamiento raro. Más aun cuando se escuchaba un silbido a esa hora, las doce de la noche. La niña se revolcaba y las cosas de los ambientes contiguos hacían ruido, un ruido escandaloso. Y no solo eso, la niña también convulsionaba gimiendo y gritando cosas horrorosas.Con un terror espeluznante y macabro que envolvía le lugar. 

Su joven madre no sabía qué hacer, no podía luchar contra los sombríos espíritus que atacaban a su menor hija. Entonces, optó por buscar el apoyo de unos hermanos evangelistas, quienes acudieron rápidamente la noche siguiente, muy puntuales y armados de valor.

A la media noche las puertas comenzaron a crujir nuevamente, las cosas a moverse, el silbido a sonar más fuerte. Y como si fuera poco, la casa a vibrar. El fenómeno siniestro asusto a los evangelistas y arrodillados comenzaron a rezar y clamar a Dios para que los malos espíritus abandonaran la casa y llegara la paz. Cuando todo paso, la niña terminó en el corral pálida, muy pálida y hablando sola.

Sus cabellos tenues y delicados, parecido a la telaraña, se esparcían delicadamente, como si alguien jugara con ellos. La madre lo miraba aterrada, en esos instantes una loca angustia oprimía su corazón, y sacando fuerzas de sus flaquezas acudió hacia ella y la abrazo. La levantó y la retornó a su alcoba.

Los evangelistas y ella velaron esa noche para que la niña durmiera tranquila. La madre no quería que llegara la noche por temor a que volviera el demonio.

Otra noche, cuando se hallaban sentadas en el sofá de la sala, se escuchó el silbido y que las cosas empezaban a moverse sin causa alguna. La madre Corrió para ver qué es lo que sucedía, pero, no encontró nada anormal. Al entrar a la habitación de su hija le dijo que no se preocupara, porque se trataba de su amiguito, un pequeño niño rubio, que siempre solía venir para que jugaran.

—Él está aquí , a mi lado mamá— dijo la niña.
—Yo no veo a nadie hijita — le respondió.
—Pero, yo sí, mamá.

Exaltada la abrazó y así abrazadas permanecieron en silencio. Un fuerte ruido de la puerta les interrumpió sus meditaciones. Era su esposo que llegaba acompañado de dos evangelistas procedentes de Cartavio quienes venían con biblia en mano. La señora dijo a su esposo:

—La niña a estado divagando…dice haber estado aquí su amiguito, un pequeño niño rubio.
— ¡Calma, calma, mujer! …estos señores nos van a ayudar a resolver nuestro problema.
—Ojala, así sea.

En esos instantes se respiraba ahí una atmósfera de dolor todo estaba envuelto por un aire de melancolía profunda e irremisible.

Cuando tocó las doce y nuevamente los silbidos y los ruidos comenzaron a oírse. Esto incomodó a los padres de la niña , y los evangelistas muy espantados salieron de la casa.

Los padres no podían soportar esa situación. Dichas incoherencias que salían de la boca de su menor hija, con esos gritos espantosos .hicieron que fuera a ver al párroco de la localidad  (Casa Grande) a quien le contaron con lujo de detalle lo que sucedía con su hijita a las doce de la noche.

El cura no le creía.— Esto es inaudito en pleno siglo xx — dijo muy exaltado .Si cree que son locuras, le invitamos a nuestra casa, hoy a las doce de la noche, le dijeron.  —no se preocupe ahí estaré puntualmente — dijo el párroco.

Un cuarto para las doce, el cura ya se hallaba en la casa de la niña. Lo hicieron pasar y se sentaron en el sofá de la sala. La niña se encontraba dormida en su alcoba. A las doce en punto la niña comenzó a dar de gritos aterradores y desesperados: 

— ¡Mamá, mamita! ¡Ven por favor!... ¡Estoy volando por los aires!

Al escuchar las palabras. Los tres corrieron. Al entrar a la alcoba, se quedaron estupefactos.

 — ¡Mama bájame!— le repetía insistentemente la niña gritando aterrada de miedo.

Ante esa situación el párroco sacó una cruz y un escapulario de su sotana y con voz enérgica comenzó a decir:

—¡Espíritu del mal, en nombre de Dios te pido que abandones esta casa!— al mismo tiempo que rociaba con agua bendita el cuarto. 


Un buen rato el cura permaneció tembloroso, tambaleante. De pronto, todo se iluminó con una luz extraña, que entraba por las ventanas, llegando la calma y paz en esa casona. La niña no volvió a sufrir más de esos ataques. A partir de la fecha comenzó a llevar vida normal. Gracias a la valentía de este párroco que dio dura pela a este espíritu lleno de maldad.
Dos albañiles que estaban reforzando las columnas de la vieja casona conocida como “El palomar”. Una vieja construcción que pertenecía a los antiguos dueños de Casa Grande (Los Gildemeister). Encontraron algo maldito y peligroso, cuando escavaron bajo los viejos cimientos de esta antigua casona. Nunca se debe tocar cosas de la tierra, cuando sea oro o plata, y más aún cuando lleva mucho tiempo enterrada.

Pues como debe de ser muchas veces las personas somos muy descuidadas con los objetos que pertenecen a otros tiempos y que guardan maleficios u otros secretos.  Estos señores, al ver tremendo hallazgo no dudaron en quedarse con la valiosa fortuna. Ya que precisamente costaba de dos barras de oro sólido. Pasó mucho tiempo desde aquel día del hallazgo de los albañiles, y se dice que los bandidos nunca más se los vio por este lugar. Pero algo siniestro vendría a reclamar lo que es suyo, mucho tiempo después.

Una noche del mes de agosto de 1991 un día oscuro sombrío y silencioso. Algo sucedía en esa misma casona donde los sujetos, anteriormente mencionados, encontraron las barras de oro. Una niña de doce años expresaba síntomas de estar poseída por el diablo. Cuando la sombra de la noche extendía su manto negro empezaba a tener un comportamiento raro. Más aun cuando se escuchaba un silbido a esa hora, las doce de la noche. La niña se revolcaba y las cosas de los ambientes contiguos hacían ruido, un ruido escandaloso. Y no solo eso, la niña también convulsionaba gimiendo y gritando cosas horrorosas.Con un terror espeluznante y macabro que envolvía le lugar. 

Su joven madre no sabía qué hacer, no podía luchar contra los sombríos espíritus que atacaban a su menor hija. Entonces, optó por buscar el apoyo de unos hermanos evangelistas, quienes acudieron rápidamente la noche siguiente, muy puntuales y armados de valor.

A la media noche las puertas comenzaron a crujir nuevamente, las cosas a moverse, el silbido a sonar más fuerte. Y como si fuera poco, la casa a vibrar. El fenómeno siniestro asusto a los evangelistas y arrodillados comenzaron a rezar y clamar a Dios para que los malos espíritus abandonaran la casa y llegara la paz. Cuando todo paso, la niña terminó en el corral pálida, muy pálida y hablando sola.

Sus cabellos tenues y delicados, parecido a la telaraña, se esparcían delicadamente, como si alguien jugara con ellos. La madre lo miraba aterrada, en esos instantes una loca angustia oprimía su corazón, y sacando fuerzas de sus flaquezas acudió hacia ella y la abrazo. La levantó y la retornó a su alcoba.

Los evangelistas y ella velaron esa noche para que la niña durmiera tranquila. La madre no quería que llegara la noche por temor a que volviera el demonio.

Otra noche, cuando se hallaban sentadas en el sofá de la sala, se escuchó el silbido y que las cosas empezaban a moverse sin causa alguna. La madre Corrió para ver qué es lo que sucedía, pero, no encontró nada anormal. Al entrar a la habitación de su hija le dijo que no se preocupara, porque se trataba de su amiguito, un pequeño niño rubio, que siempre solía venir para que jugaran.

—Él está aquí , a mi lado mamá— dijo la niña.
—Yo no veo a nadie hijita — le respondió.
—Pero, yo sí, mamá.

Exaltada la abrazó y así abrazadas permanecieron en silencio. Un fuerte ruido de la puerta les interrumpió sus meditaciones. Era su esposo que llegaba acompañado de dos evangelistas procedentes de Cartavio quienes venían con biblia en mano. La señora dijo a su esposo:

—La niña a estado divagando…dice haber estado aquí su amiguito, un pequeño niño rubio.
— ¡Calma, calma, mujer! …estos señores nos van a ayudar a resolver nuestro problema.
—Ojala, así sea.

En esos instantes se respiraba ahí una atmósfera de dolor todo estaba envuelto por un aire de melancolía profunda e irremisible.

Cuando tocó las doce y nuevamente los silbidos y los ruidos comenzaron a oírse. Esto incomodó a los padres de la niña , y los evangelistas muy espantados salieron de la casa.

Los padres no podían soportar esa situación. Dichas incoherencias que salían de la boca de su menor hija, con esos gritos espantosos .hicieron que fuera a ver al párroco de la localidad  (Casa Grande) a quien le contaron con lujo de detalle lo que sucedía con su hijita a las doce de la noche.

El cura no le creía.— Esto es inaudito en pleno siglo xx — dijo muy exaltado .Si cree que son locuras, le invitamos a nuestra casa, hoy a las doce de la noche, le dijeron.  —no se preocupe ahí estaré puntualmente — dijo el párroco.

Un cuarto para las doce, el cura ya se hallaba en la casa de la niña. Lo hicieron pasar y se sentaron en el sofá de la sala. La niña se encontraba dormida en su alcoba. A las doce en punto la niña comenzó a dar de gritos aterradores y desesperados: 

— ¡Mamá, mamita! ¡Ven por favor!... ¡Estoy volando por los aires!

Al escuchar las palabras. Los tres corrieron. Al entrar a la alcoba, se quedaron estupefactos.

 — ¡Mama bájame!— le repetía insistentemente la niña gritando aterrada de miedo.

Ante esa situación el párroco sacó una cruz y un escapulario de su sotana y con voz enérgica comenzó a decir:

—¡Espíritu del mal, en nombre de Dios te pido que abandones esta casa!— al mismo tiempo que rociaba con agua bendita el cuarto. 


Un buen rato el cura permaneció tembloroso, tambaleante. De pronto, todo se iluminó con una luz extraña, que entraba por las ventanas, llegando la calma y paz en esa casona. La niña no volvió a sufrir más de esos ataques. A partir de la fecha comenzó a llevar vida normal. Gracias a la valentía de este párroco que dio dura pela a este espíritu lleno de maldad.

"EL AHOGADO"

Hace tiempo, un chico fue a visitar a su tío que tenía una casa en el campo y criaba ovejas, su tío le había pedido de favor que lo visitara y ayudara en cuidar sus ovejas ya que últimamente él pensaba que le estaban robando ovejas, también esta casa tenía un pozo.

El chico ya en la casa, se quedó cuidando las ovejas solo, ya su tío se fue a una fiesta, al promediar las 2:00am, el chico se despertó por el balar de las ovejas, estaban muy inquietas y este pensó que habían entrado a robar, cogió una escopeta y una linterna y salió de la casa, aprovechando la luz de la luna llena no necesitó usar la linterna y la dejó.


Al salir de la casa se escondió detrás de un muro, y vio con claridad como una persona salía del pozo, pero solo se veía el contorno del cuerpo, parecía un dibujo, las manos tenían uñas demasiado largas, mas la cara no se le veía, esta figura empezó a caminar hacia el chico, las ovejas se abrían paso, entonces el chico se acordó de las historias que cuentan de los ahogados, se dio cuenta que lo estaba viviendo, que era verdad, esa figura que caminaba hacia él, era un ahogado.

El chico en su desesperación, botó la escopeta y comenzó a correr sin mirar atrás hasta llegar a una pequeña laguna y se metió en ella, luego comenzó a echar agua de la laguna con las manos por todos sitios al ahogado, pero sintió cómo las largas uñas del ahogado le rozaban la cara. Estuvo echando agua hasta que amaneció y con la llegada del amanecer el ahogado se desapareció.
El joven terminó cansado, traumado y con un fuerte resfrío, desde ese día no volvió a salir de noche, pasado el tiempo tomó valor y contó lo que le había pasado realmente ya que pensaba que otros podrían pensar que él estaba loco, su tío le creyó y después de eso mandó revisar su pozo y encontraron una persona ahogada, con uñas demasiado largas, como su sobrino le había dicho.

Hummmmmm, ésta es una leyenda rural, como muchas de las que existen en estas zonas. Seguramente has escuchado algunas similares, ¿verdad?


En estas zonas siempre hay muchas leyendas e historias que las cuentan para pasar el día, pero la del ahogado así como de las almas en pena si son ciertas, la del ahogado antes no la creía hasta que le pasó a una persona cercana a mí, se dice que el ahogado cuando está muy cerca se escucha como si estuviera lejos, pero por el contrario si se escucha como si estuviera lejos, es porque está más cerca de lo que nos podemos imaginar.






"El chancho sin cabeza"

Recopiladora: Cecilia Irene Urupeque Zeña, 13 años

Cuentan que hace mucho tiempo en Casa Grande salía por las noches un chancho sin cabeza a pasearse por las calles oscuras y vacías del pueblo.
Las personas que lo han logrado ver dicen que es un chancho enorme que deambula con una cadena atada a su cuello y que cuando la arrastra suena como si cayera agua al suelo o como el agua corriente de las acequias que utilizan los campesinos para regar sus sembríos.

Una noche un señor que regresaba tarde a su casa después de trabajar en su chacra caminaba por una calle oscura y percibió que algo se acercaba hacia él haciendo bulla. Al comienzo no le dio la manor importancia, pero cuando estuvo cerca del bulto negro se percató que era un chancho.

Él señor pensó que se trataba de algún chancho que se había escapado de algún corral y que era como todos los demás, pero no, luego de mirar bien se dio con la sorpresa que se era el chancho sin cabeza que llevaba una cadena que arrastraba y sonaba muy feo. El señor se acercó un poco más para observar mejor y se llevó un susto horrible.

Inmediatamente impulsado por el miedo se fue corriendo a su casa y le contó a su familia lo que le acababa de pasar.

La esposa del señor y sus hijos pequeños se asustaron mucho y tuvieron miedo de que alguna vez el chancho sin cabeza les pudiera encontrar y hacerles daño.

Por eso el señor y su familia decidieron ir a vivir a otro pueblo para librarse del chancho sin cabeza.



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